I
El cielo oculta su mirada vigílate tras
las blancas nubes/
va dejando de ser la princesa del verano/
para ser coronada por el invierno.
II
Querida este invierno no es peor que el
anterior/
solo extrañas el calor que solo te daba
el sol/
niña los besos serán siempre distintos/
aunque insistas que son idénticos bajo
el sol/
esta es la misma vereda/
este es el mismo cielo/
este sigo siendo yo/
querida los tragos solitarios no son mas
tristes en este bar/
ni esperanza más esquiva hoy que cuando
la empezaste a ocultar/
niña nuestros errores siempre estarán ahí/
aunque insistas que se incineraron bajo
el sol/
esta es la misma ventana/
este es el mismo techo/
y este sigue siendo el mismo trago.
III
Si pudiéramos vivir como son ahora
nuestros recuerdos/
estos se disolverían como el aniego ocasional
en la puerta de casa/
verás, mis recuerdos no los puedo publicar
para recibir un aplauso/
están a la altura de mis fantasías/
son locuras lejos
de la veracidad/
pero tan reales como nuestro pesar.
IV
Cuando te recibió este mundo fue en una estación
extinta/
las hojas se rendirán con lentitud/
el calor lentamente se desprendía de
nuestra piel/
tu tiempo llego con el espacio acogedor
de la oscuridad/
infinita hasta donde tus pensamientos podían
llegar/
cuantas veces dejaste que la luz natural
quemara cada sentimentero de tu ingenuidad/
para alumbrar tus ilusiones con la
artificial luz de la ciudad/
cuando el mundo te recibió fue en una estación
que olvidó/
¿Hay chance para que lo mismo pase con
tu amor?
V
Me honra su majestad brindando conmigo
hasta el final
me honra apagando su mundo virtual para pisar
en mi compañía el desagradable reino de la realidad
se ha consumido mi tiempo con la
nicotina que yace en nuestro cenicero
así que le invito al ultimo baile que se
ha de realizar en esta urbe
donde simplemente no se puede reconocer
la lealtad
donde la confianza es el valor más arisco
donde las victimas nunca serán especiales
pero vuestra asistencia podría hacer la
diferencia.
© Fran Terrones Julca