I
Las mañanas un sueño
las noches una voz en mi hombro
mi hogar su cuerpo
el lugar un oasis en mi tedio.
II
Hierve el hormiguero
en sus asfálticas colinas
sobre las vías del silencio
a un exilio viajo sabiéndolo inexistente.
Reposan las abejas
en el exacto horario
caducas rutinas forman contraste
en claroscuro
tras el reconcilio con mi tortura
a una noche ingreso reconociéndola libre.
En la negrura la igualdad se extiende
las voces nos diferencian
bajo la rutina las sensaciones germinan
bajo la rutina las sensaciones germinan
las luces nos subordinan.
IV
El comienzo y el fin
un paréntesis
entre ellos
expirando albas de ensueño
azules veranos de gentil braza
e inexistentes promesas sometidas por el futuro.
El nacimiento y la muerte
el intervalo
una corta línea de emocionales picos
caídas exquisitas
y lapsos clandestinos evocando el gusto por el ahora.