sábado, 3 de junio de 2006

Solo hasta el amanecer y sus auspicios



Desde nuestro encuentro caminamos aunque andabas ligera sin dejar vestigios/
bajo nuestra cama acechaste aquel amor instándole a los presagios más tristes
que el tiempo me devolviese otra vez a tu lado.

¿Cuantas veces, cerrando los ojos, pretendía obviarte en las alas de una supuesta percepción de amor?

¿Hasta donde debo correr para que tus manos no me alcancen y así dejar de recorrer tu pálido cuerpo?

En tus delgados y lánguidos dedos ahora reposan mis bellas reminiscencias devaluándose pronto en imágenes descoloridas/

sobre tu níveo pecho/
como polvo mágico/
retoza mi mente extraviando sus reliquias mientras late tu corazón silencioso/
con tu delgada silueta moviéndose despacio esperando que por fin caiga rendido/
me acuesto sin extrañar mas la realidad ni al sol/
sin recordar ya mí nombre ni al amor/
pues estas presente pero en mi lecho me encuentro solo.

Finalmente se ha extinguido esa llama de locura que se consumía en  los rincones de esta vida sensata y negra/

entre mis escombros has sembrado flores que poco a poco vas regando con lágrimas que me has arrancado/
juntos por fin nos reímos en el taxi que nos regresa a la misma cámara de sueños químicos/
susurrándome un par de nombres ya sin rostro/
acariciándome para limpiar los rasgos de amores sin sentido/
me arrullas feliz tan solo por tenerme en tus dominios/
hermosa enamorada/
muerte camuflada/
tu risa se transforma en horrible llanto al no hallar mas nada en esta alma que una carcajada delirante y macabra.

¿Quién es ahora el prisionero mientras nos mantenemos en este exilio moderno?

¿Quién es el desahuciado que te dona su alma  mientras le lloras a mis vidas pasadas?

Hasta que llegamos al límite al que solos debíamos llegar/

mi fría piel siente tus besos congelarse hasta quedar perennes sobre esta carcasa de hielo que se formó restringiendo el alcance de mi corazón perturbado/
ahora, poco a poco lo vas tallando hasta darle aquella forma original/
para enredándome finalmente en tus largas y blancas piernas reclamándome como suyo/
a así hundirnos por fin entre el sol y la luna/
hasta lo mas hondo de tu menester y de mi camaleónico augurio.

Interesante

Atemporales 2025 - 3

  I. No se si me lo dijo la lluvia No se si fue un susurro de una juventud naciente Lo único seguro era que un cambio sería un espiral...