I
Quieta la marea
de la despedida
encalladas las
razones para seguir en alta mar
hacia lo profundo
la marea del silencio arrastra las caricias
mientras bajo un
Orion imperecedero
rescato de este
naufragio nuestros tesoros
tu alegría que me
guio por las mas furiosas tormentas
tus palabras que
me alimentaron en la diurna desesperanza
tu reposo que
ahuyentó los demonios de mis bodegas.
II
Esta brisa que
refresca mi rostro son fragmentos de nuestras lágrimas que libres por fin
viajan por la senda del despido
en esta arena no
hay mas letras que pueda recolectar para esculpir un verso digno de tu cuerpo
cuando despierten
tus parpados y el sol asome efectivo se hará mi destierro a las tierras de la sombra
y en este
pacifico tramo entre tu dulce savia y mi ignoto sito es donde ocultaré cual
tesoro el único juramento.
III
Muchedumbre
metálico respirar
sintéticos hechizos
una celebración
por mi unidad y mi regreso
una numeración que
ya no mas se marca
una luz que ya no aguarda encendida
una copa que ya
no brinda
y un galeón que ya
nadie espera.