Pues aquellas letras las acariciaba con tanto
tacto
tan despacio como se le puede acariciar al
viento
eran tan inexactas las frases con las que te
describía
que ahora que las sigo conjugando no logro
tallar ni una sola de tus curvas
…eran mis letras primeras
como lo primero de todo
lo memorable
pero instantáneo.
Estabas ya tan lejos del lenguaje que te hice
en secreto
tan lejos como nos podría separar el silencio
eran tan solo unas miradas cómplices
de un ramillete de caricias profundas
…eran nuestros recuerdos primeros
lo atesorarle
y ahora eterno.
© Fran Terrones Julca