lunes, 23 de abril de 2018

Cuando el comodín salió volando con la caliente brisa del caucho


I

Con esas mismas gotas nacientes de mi niño interior
voy curando el ala de un ángel desconocido que en mi yermo simplemente se arrima
las tecleadas negras aparecen donde fuera yo a imprimir
los hechos al azar que serían las más hermosas utopías
que mi retorcida memoria no desecha en sus zambullidos alcohólicos.

II

Repaso las planas en reverso como si del dueño del tiempo se tratara
quizá demasiado tarde
sin importar las palabras que nacieran de lo más hondo de un casi inaccesible mundo
sin importar las suplicas de un espíritu dispuesto a desvanecerse en las horas continuas
el recorrido del mundo sigue en su interminable he invisible línea que nos rige y particiona
en nuevas gracias
nuevos secretos
nuevos rastros
y una nueva silueta que vibra con la inmediatez de corazones que circundan su ciberespacio.

III

Voy tratando de no incursionar por todo lo perdido
mientras las grises nubes limeñas se acercan con visiones atemporales
empujando desconocidos aromas de vivencias frías y químicas a mi percepción sobreviviente
adaptando experiencias
sobre una delgada capa seca de todo lo degustado
los sabores metálicos en la lengua
la sed incontrolable por el fin de aquellos efectos
abstinencias
aun muchos saben de lo que leen
y aunque pocos son mis compañeros que vivieron lo que soñaron
voy tratando de no profanar los escombros de nuestro orgullo.
  
IV

Sin compañía mientras la lluvia arañaba las paredes del callejón cuzqueño más solitario
Sin la sombra de siempre el contexto del Mall se desarrolla fundiéndome en su metálico acuarela
Jamás quise recuperar los mejores instantes impresos en el ático de mi cerebro
pues las locaciones siguen ahí recibiendo y siendo ignoradas por los demás
las tiendas volverán a abrir para recibir y desconocer a los clientes sonrientes
pues tuve lo que me arrancaron las olas de mi adolescencia excéntrica
y tengo lo que en una intricada contabilidad del bien y el mal resultó que merecía.

V

A estas alturas se han revelado las incógnitas que con mis acciones deje en manos de quien me rozó en su existencia
A estas alturas ya me olvidaron quienes llegaron a tocarme en esa demencial cabalgata de accidentes y conquistas

VI

Cada hora veo contarse historias
iniciar así el programa que le da la forma a eventos tan desconocidos como la emoción
tratando de evitar cada herida que vendrá
esperando eludir cada gota de ensueño que en algún momento se resbalará
girando esta mágica secuencia de imágenes como un olvidable anfitrión
siempre hay otros ángulos imaginarios
planos imposibles
despedidas históricas
y encuentros improbables insertados en lo más frívolo de los toques en las pantallas.

Una hora más me quedo para documentar tras los corta fuegos
presenciar el comienzo de lo que sería esa larga aventura
en la que me alumbro con el naranja y la nicotina
brindo con tradicional extravagancia
y me despido hasta la próxima manía

© Fran Terrones Julca






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