I.
Incluso en las fantasías
en las que te enredaba
entre mis dedos
entre mis cabellos
era yo un extraño
andando
las sombras y los
gatos se ocultaban
y las luces en los
postes se apagaban
como un ser alado y
caminando
o un ave reptando
dueño absoluto de
lo improbable
gobernador irrefutable
de lo ilusorio
mostrando un país matizado
desaparecí en el
rastro de tu anhelo
y entre los días en
un solo parpadeo.
II.
La verdad empezó su marcha en paralelo con el perecedero destino que nos marcaba
el presente como el único suelo/
separando de manera mágica los demonios que nos desgarraban a cada paso que
marcaba nuestro avance/
con el refugio invisible que se levantaba con el cruce de nuestras miradas
cada uno de nuestros encuentros/
hasta que la ineludible tormenta que se levantó con la fuerza de la realidad
inundando el suelo donde maduraban nuestros sueños/
quebrando los ideales que construimos al liberarnos de las ataduras negras
del pasado/
para finalmente borrar cada rastro que nos llevaba hasta aquellos encuentros
bien planeados.
III.
Visito mi sepulcro
como al pasado
como un extraño
no me reconozco
aunque sonrío
algo loco.
© Fran Terrones Julca
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