Con esas gotas
nacientes de mi pupila
iba yo curando el
ala de un ángel que en mi yermo yacía
la tinta roja se
derramaba en las páginas donde fuera yo a imprimir
los hechos que al
terminarlos serían las más hermosas quimeras
que mi retorcida
memoria no desecha en sus zambullidos alcohólicos.
Repaso las paginas
en reverso como si del dueño del tiempo se tratara
quizá es demasiado
tarde
quizá siempre fue
demasiado tarde para sobre la burla de un vaticinio andar
sin importar las
palabras que nacieran de lo más hondo de un casi inaccesible mundo
sin importar las
suplicas de un espíritu dispuesto a desvanecerse en las horas continuas
el recorrido del
mundo sigue en su interminable he invisible línea que nos rige y particiona
nuevas eras
nuevas sectas
nuevos amores
y una nueva silueta
que a desritmo palpita con el latir de los vulgares corazones que circundan su
espacio.
Un renacimiento
cuesta sentimientos que no caben en el futuro inmediato
en el respiro
comunitario que sopla con el gélido aliento que inibe el sentir innato
de tocar a tu
puerta elevando mi cabello en la dirección contraria con la que ni lo intento
recojo los pasos y episodios
que regados deje hace tanto que solo se
repiten cuando parto.
Como hecho de rojos naipes se desbarata el castillo que nos resguardaba
Como hecho de rojos naipes se desbarata el castillo que nos resguardaba
el oscuro sendero
que he recorrido es una línea más desde esta altura
me aferro con las
garras a los recuerdos desafiando la gravedad
desde este tejado
he caído tantas veces que bostezo en la distancia de caída.
Adentrándome en
la humedad y las lluvias de naturaleza extraña
agotando en cada
respiro el negruzco espacio sobre el que practico maromas
fallecen relaciones
que volaban en las ilusiones de reglas autónomas
de un campo de secas
promesas secas y retorcidos arboles donde anidan fantasmas
vengo
y hacia las
tierras de ardiente asfalto y colinas de frio pavimento donde se erigen las
rutinas
voy
aunque volver por
siempre será el deseo que con el pasar de las nubes casi no se extraña.
Se ha quemado mi
traje colorido con las llamas de una adolescencia demente
la normalidad es
un recurso que se espera de quienes nunca vieron la interrogante
escapando del edén
establecido
o paseando por el
caos del olvido
este mecanismo de
engranes biológicos ante la presión de las miradas no sede
en el silencio
genera ecos
en la ausencia
destella
y en los sueños
calla.
Una figura que
atestigua ha sido relegada del protagonismo de sutil forma
observo al público
y a los actores en una cotidianidad cada vez más distinta
en desbalance por
el borde de las avenidas y puentes existe siempre una plataforma
desde donde mis
ojos recolectan las luces que enmarcan el trajín de otra historia.
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