martes, 21 de febrero de 2012

El galeón, el sol y el crepúsculo


 I
Quieta la marea de la despedida
encalladas las razones para seguir en alta mar
hacia lo profundo la marea del silencio arrastra las caricias
mientras bajo un Orion imperecedero
rescato de este naufragio nuestros tesoros
tu alegría que me guio por las mas furiosas tormentas
tus palabras que me alimentaron en la diurna desesperanza
tu reposo que ahuyentó los demonios de mis bodegas.


II
Esta brisa que refresca mi rostro son fragmentos de nuestras lágrimas que libres por fin viajan por la senda del despido
en esta arena no hay mas letras que pueda recolectar para esculpir un verso digno de tu cuerpo
cuando despierten tus parpados y el sol asome efectivo se hará mi destierro a las tierras de la sombra
y en este pacifico tramo entre tu dulce savia y mi ignoto sito es donde ocultaré cual tesoro el único juramento.


III
Muchedumbre
metálico respirar
sintéticos hechizos
una celebración por mi unidad  y mi regreso
una numeración que ya no mas se marca
una luz que ya no aguarda encendida
una copa que ya no brinda
y un galeón que ya nadie espera.



Interesante

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