Recuerdo aquellas orbes que nacían en nuestro corazón
El paraíso que se extendía hasta la línea de nuestra imaginación
Recuerdo las historias del mañana con nuestra voz alegre
Y nuestras energías que caían como rocío al llegar la tarde
Eramos rebeldes con la mas común de la causas
eramos eternos niños enfrentando arraigadas penurias
Cuando la sombra del adiós avanzó al final de nuestros días
Nadie la vio
Nadie nos advirtió
Recuerdo mis palabras de nunca dejarte
Y las tuyas de nunca cambiarme
Recuerdo al viento gélido poseyendo cada lagrima en pétalo oscuro
Y las ardientes brasas incinerando cada gota de mi sangre viva
Eramos personajes con el más sencillo de los guiones
eramos fieles en lo mas excéntrico de nuestras versiones
cuando la dicha se talló con el mutismo en una desconocida ventura
nadie nos dijo
nadie nos imaginó
solos.
Extraído del poemario "Retazos Autocromos" 2010