los restos de lo que alguna vez llamamos amor/
abordo estamos de nuestros instintos que se comportan en una suerte de azar caótico/
nuestros placeres despiertan como luz en una oscuridad absoluta de morbo/
este es el compás y al mirar la espuma que dejaron las olas de nuestra conducta/
aquella firme idea de amor se entremezcla con lo monótono de un día cualquiera/
un rastro de espíritus quemados me señalan el camino de retorno/
como momias de ínfimas ilusiones bajo las negras nubes de una tarde fuera estación.